En un entorno laboral que cambia con rapidez, fijar objetivos de desempeño no es suficiente: también hay que aprender a ajustarlos. Muchas empresas se quedan con metas rígidas que terminan desalineándose de la realidad del negocio. El reto está en encontrar el equilibrio entre lo que cada equipo necesita y el rumbo estratégico de la organización.
¿Por qué es importante ajustar los objetivos de desempeño?
Los objetivos de desempeño funcionan como brújula para el talento. Ayudan a que cada colaborador entienda cómo su trabajo impacta en el propósito de la organización. Pero cuando el contexto cambia —ya sea por nuevas prioridades comerciales, transformaciones tecnológicas o crisis externas—, mantenerlos estáticos puede generar frustración y desconexión. Ajustarlos no significa perder el rumbo, sino garantizar que todos remen en la misma dirección.
Claves para realizar ajustes sin perder el foco organizacional
Revisa la estrategia central
Antes de mover metas individuales o de equipo, confirma que los objetivos de desempeño sigan vinculados a los pilares estratégicos de la empresa. Esto evita que los cambios se conviertan en improvisaciones.Incorpora la retroalimentación del equipo
Escuchar a los colaboradores te permitirá identificar barreras reales. Ajustar los objetivos de desempeño con base en esas percepciones fortalece la motivación y la sensación de pertenencia.Define métricas claras y alcanzables
El reajuste no debe generar confusión. Cada modificación en los objetivos de desempeño tiene que estar acompañada de indicadores concretos y tiempos realistas.Comunica el “para qué” del cambio
Los equipos necesitan comprender cómo los ajustes contribuyen al propósito global. Al explicar la relación entre los nuevos objetivos de desempeño y la visión de la empresa, se minimiza la resistencia.Haz del ajuste una práctica continua
No esperes al cierre anual. Revisa los objetivos de desempeño de manera periódica para mantenerlos frescos, alineados y adaptados al ritmo del mercado.
Ajustar sin perder la esencia
Los cambios en los objetivos de desempeño no deben percibirse como un retroceso, sino como una señal de madurez organizacional. Una empresa que adapta sus metas muestra que entiende su entorno, cuida a su gente y mantiene firme el foco en lo que realmente importa: crecer con propósito.

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